Si le da la gana, esta sensación me seguirá invadiendo. Es el ser y no ser, el saber que uno no pertenece. Por ahora no pertenezco al mundo adventista, seguiré sin pertenecer al resto del mundo?
¿Es que soy una mancha acá? Si
Porqué?
Porque soy diferente en el universo normal, y no soy adventista.
En el mundo adventista soy doblemente anormal, por rara y por no adventista.
Y es por ello, doblemente más difícil encontrar similares míos en un mundo doblemente más cerrado.
Resistir. Eso es lo único que me queda. Porque resistir es la forma de pelear cuando ay no se que decir. Resistir es la lucha callada y pacífica. Y la que más molesta.
Y seguirá así, si le da la gana.
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