Poema de grabrielle Simone, es mi favorito, tu sabes que eres el pescador.
Imágenes para hi5
Dormimos la siesta en la esquina de la salita
mientras afuera se terminaba el mundo
tenias olor a sueño en el pecho
y a galletitas con leche en la boca
tomaste mi mano pegoteada de chocolate y dijiste algo
casi no pude dormir
llovía fuerte
tu boca se movía como la de los peces
en un coletazo del sueño me enredaste en tus brazos
me quedé quieto
aguantando la respiración
(cerraste los ojos en un tiempo blando e infinito)
la bailarina recostada en el bote se tapó la cara para que no la vea llorar
su vestido se había ensuciado tanto que me costaba reconocerlo
no podía respirar por el humo
(los muertos incendiaron la aldea y mataron a nuestra gente)
me vestí lo mejor que pude para ir al teatro
fuiste la última en salir a escena
el decorado simulaba una selva
casi no había iluminación y el silencio era total
por un instante que se prolongo sin tiempo
viví en la blanca felicidad de tu vestido
(los ojos se me cerraban, pensé que estaba muerto)
le acaricié la nuca llena de sudor;
estaba temblando por la fiebre
se hacía de noche y el silencio crecía en las orillas
entrábamos en lo profundo de la selva
la bailarina sonríe y ríe bajito
Gracias por venirme a ver
miró el suelo y tubo vergüenza; se puso roja
luego lloró dos lagrimas entrecortadas
la abracé lo mas fuerte que pude y le acaricié la nuca
escuché pasos en la espesura
la bailarina perdía tanta sangre que fue dejando una estela en el río
traté de abrazarla pero me sentía muy débil, estaba herido
entre la oscuridad y los muertos vi el blanco de tu vestido
(se me cerraban los ojos y me iba muriendo)
Que bueno que viniste, si no estaría llorando
*
al pie del Cristo encontré una alcancía
encontré fotos, encontré anotaciones
encontré recuerdos y pasajes a bóvedas,
encontré ciertas cosas entre púas
encontré columpios absurdos
encontré una nena que agradecía la ayuda de Cristo
*
me quemé los dedos al contar tus pestañas
y me esguince el brazo por alcanzar el cielo.
Dormí despierto bajo un atardecer rosa y azul
tendido en un bote de cara al sol
los brazos colgando, las mejillas calientes
*
Quise desanudar mis brazos
escuchar el paso del tiempo en una piedra
preguntarle cosas al mar
enredar la arena y confundirla
*
la bailarina miraba atenta
como el pescador sacaba del anzuelo a la trucha
que se movía y balanceaba vertiginosamente
hasta resbalar de sus manos y caer sobre el bote
mientras, la bailarina presurosa levantó los pies
descalzos y de tierra
el pescador sudaba por atrapar a la escurridiza trucha
que golpeaba frenéticamente contra los bordes del bote
y la ola que no esperaban
los arrojó al agua
y el bote quedó mirando el fondo del lago
donde la trucha arcoiris
aleteaba contenta
la bailarina reía
porque el pescador ponía unas caras graciosas
cuando hacía fuerza para sacar la trucha del lago
y sonreía
y el bote se tambaleaba que la divertía
y el sol le daba en los ojos y era dale con sonreír
y la trucha que bailaba en el aire
y el bote que se balanceaba con la poca corriente
y las nubes que taparon de repente el cielo
y la trucha que se escurría de los dedos
y el viento que pinchaba el calor del cuerpo
y el pescador que golpea a la trucha
que se declara vencida con los ojos bien abiertos
e hinchados y la lluvia que
cae finita sobre el bote.
El pescador tenía la cara y los brazos rojos de sol,
La caña en dos dedos y dos truchas que dormían
El sueño eterno en el fondo del bote
que ya estaba bastante carcomido
por el golpear de las olas y la sal
la bailarina que se retorcía en el fondo del bote
y la trucha que olía a podrido
el blanco del vestido que cubría medio bote
y el rojo de la cara del pescador
y su barba que oscurecía
los ojos violáceos de la trucha mientras
el anzuelo picaba y el pescador sufría la encía
y sangraba,
la bailarina horrorizada gritaba
y la trucha dale que te ríe y ríe
cuando el pescador en el aire se retuerce
que parece que se esta por quebrar la espalda
y en eso la bailarina
empuja la trucha de ojos violáceos que cae
al rio mojando el blanco de vestido
y pidiendo auxilio por no saber nadar.
*
la bailarina se desarmó de la risa
al verse de repente empapada de lluvia junto al mar
mientras recogía caracoles rosados.
Se sentó a la orilla del mar que se trenzaba en oleajes
Abrazó sus piernas y apoyó el mentón en sus brazos cruzados
miró un unto en el mar que se trenzaba en oleajes
algo como un entusiasmo aplastante
se corrió el pelo de los ojos, hacía rato que había dejado de sonreir
pero no lo había notado
pensó en construirse una casa en el fondo del mar
con jardín y ventanas
y tener un perro que no flote
*
dentro de la casa del escritor
la bailarina colgó cuidadosamente el tutú en una silla de paja
la lluvia caía del atuendo hasta formar un charco en la tierra
la bailarina se detuvo un instante frente al pedazo de espejo
(apoyado sobre una de las paredes)
se vio flaca y huesuda
con los ojos casi negros de su mal sueño
tomó prestada una remera que le quedaba grande
la reconfortó el calor sobre su cuerpo
y se metió en la cama tapándose hasta la nariz
*
una semana y la lluvia seguía cayendo
el escritor encontró durmiendo a la bailarina
dejó la pesca a un costado
se sentó en una silla y prendió su pipa
sabía que el sueño de la bailarina era frágil
así que estuvo atento a los bostezos
al desliz de sus piernas entre las sábanas
su pipa se apagó, se levantó con una queja en los huesos
y prendió el fuego,
pensó en el protagonista de su cuento,
pensó en como resolver algo que ya se le hacía muy complejo.
volvió a observar a la bailarina que tenía los ojos negros del mal sueño
y pensó en quién podría sacarle la maldición de tener que escribir para no morir.
martes, 15 de abril de 2008
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2 comentarios:
¿Y que decir? No ensucio con mis palabras esta entrada.
Buenisimo.
_O
Alguien tiene un fiel lector jujuju
Oie, dance punk, puede ser eh.
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